Aquel que no encuentra nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí ni en ninguna otra parte. Así termina el cuento (parábola) que podeis encontrar al final de este artículo. ¡Es una verdad como una casa!
Los especialistas de recursos humanos están muy atentos en las entrevistas con candidatos potenciales, cuando preguntan por las experiencias en trabajos anteriores. Lo peor que puedes hacer en una entrevista es hablar mal de tus jefes o compañeros de antes. Por muy mal que te han tratado (¡todos pasamos por malas experiencias de vez en cuando!) conviene mantener esta información para ti. Si decides volcar la mala experiencia en la persona que te entrevista, esto hablará más bien de ti que de tu trabajo anterior. Estarás reflejando algo tuyo. Sonarán las alarmas en la persona que busca el candidato ideal.
Otro ejemplo para ilustrar el temático de este artículo es la del vendedor que habla mal de su competencia. Alquién te visita para vender algo y no dedica ni una palabra a su propio producto o servicio (construyendo), sino utiliza todo su tiempo para hablar mal de su competidor (destruyendo). ¡Vaya desperdicio de tiempo! El respeto hacia tus competidores es esencial en el proceso de ventas.
Como último ejemplo (en la area privada) menciono la típica persona chismosa que critica a amigos o familiares sistemáticamente (destruyendo). Nos hace entender que nadie alrededor suyo es honesto, la única persona honesta es … ¡él o ella misma! Normalmente este tipo de personas se suelen sentir inferior a los demás y utilizan la crítica constante para bajar a los demás. Creen que así se acercan al nivel de los demás. Lo que no perciben es que consiguen el efectivo contrario. Nos hacen sentir incómodos, desconfiamos de ellos, a nadie le gusta bañarse en su energia negativa, los evitamos como podemos.
¿Qué puedes esperar de una persona que abiertamente habla mal de otros?
… ¡qué hablará también mal de ti o de tu empresa en un momento determinado! Hablar mal crea desconfianza.
A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un anciano que se encuentra descansando:
– ¿Que clase de personas viven aquí?
El anciano le pregunta:.
– ¿Que clase de gente había en el lugar de donde tu vienes?
– Un montón de gente egoísta y mal intencionada – replicó el joven.
– Estoy encantado de haberme ido de allí.A lo cual el anciano comento:
– Lo mismo habrá de encontrar aquí.Ese mismo día otro joven se acerco a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:
– ¿Que clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta: .
– ¿Que clase de personas viven en el lugar de donde tu vienes?
– Un magnifico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.
– Lo mismo encontrarás aquí, – respondió el anciano.Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al viejo:
– ¿Como es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?
A lo cual el viejo contestó:
– Cada uno de nosotros solo puede ver lo que lleva en su corazón.
– Aquel que no encuentra nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí ni en ninguna otra parte.
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Nació el día de mi cumpleaños…. Qué bien…!
Cierta reflexión…
Un abrazo
Que bien tenerte aquí … gracias. Felicitaciones atrasados para tu cumple … muak!!
Leo tu blog desde hace algún tiempo y me ha gustado mucho, hoy en mi blog copie un poema y un cuento, con los debidos créditos para tí desde luego y una invitación para que lean tu blog porque tus recopilaciones son de una gran sabiduria. Felicitaciones.
Gracias por tus palabras Maria … y gracias por invitar tus lectores a visitar mi blog. Saludo! Joost
Muy cierta la parabola
Gracias por visitar el blog y por participar Adolfo :-)